Hace mas de un mes, deje de sentir dolor por mi misma y trate de entender todo el sufrimiento por el que pasabas, y fue en ese momento cuando comprendí, que tu dolorosa partida, seria lo mejor para todos, aunque doliese demasiado.
Dejas un gran vacío físico en nuestras vidas, porque en alma y corazón, permaneces por siempre aquí, en mi mente.
Influiste mucho en mis actos, fuiste una persona tan sencilla y humilde, quisiste ayudar a los demás sin pensar en recibir algo a cambio, luchaste por seguir viviendo, pero mas por ti, creo que lo hiciste para no dejarnos solos sin tu presencia, sufriendo cada día al recordar tu hermosa sonrisa que se esfumo con el tiempo.
Los últimos días fueron oscureciéndose y no sabíamos que mas hacer, hasta que llego la hora de irte, y fue allí cuando nos dimos cuenta de que ya habíamos dado mucho de nosotros y aunque hubiésemos sentido que podíamos haber dado mas, ya no estaba en nuestras manos.
Claro que el dolor se va desvaneciendo pero las duras imágenes quedan, solo sabemos que ya no duele tanto, porque dolería mas tu presencia sufriendo cada día, tratando de luchar por algo que poco a poco te consumía.
Escribo esto ahora, escribo esto hoy, porque cada vez veo venir más problemas a partir de tu partida y todo me duele demasiado. Mientras muchos piensan en solucionar problemas que surgieron a raíz de que te fuiste, yo sigo aquí pensando en ti, porque aunque no estés conmigo ahora y tu sufrimiento haya terminado, aun es tiempo de derramar una lágrima de adiós que se marcha contigo y me tortura sin tu presencia.
Porque simplemente sufriste demasiado y aun así luchabas por estar a nuestro lado.
Que el aire que ahora respire, sean fuerzas para seguir adelante sin ti y luchar por las metas que te enorgullecerán en donde quiera que estés.
Serás la luz que ilumine el camino que me lleve al éxito.
Deja que una última lágrima roce mi suave mejilla, sin dejarte descansar, porque quiero que regreses a mi lado, una noche más.
Tía, te amo y por siempre te amare.
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